No es normal

Quizás sea la frase más repetida en estos días cuando nos referimos a las altas temperaturas que estamos sufriendo en nuestra provincia y en otros muchos lugares de España. Y es que no es normal. Ayer, paseando por la Vía Verde del Aceite, pude comprobar que la Laguna Honda, reserva natural que se encuentra en el término de Alcaudete, se ha convertido en un espejismo, cubierta por un manto de sal reseca que, a lo lejos, da la falsa impresión de ser agua fresca, pero que ya no es refugio de aves, como el flamenco. En la comodidad de nuestros hogares del primer mundo, en los que abrimos un grifo y sale el líquido elemento en un prodigio tantas veces repetido que ya no nos asombra, no somos conscientes de los millones de personas que no pueden acceder al agua corriente, que deben desplazarse a grandes distancias para conseguirla. En esta ilusión en la que vivimos, inconscientes y felices, llenamos piscinas, construimos campos de golf, plantamos cultivos con una alta demanda hídrica... Cerramos los ojos a lo evidente para que el peligro desaparezca, como si fuéramos niños pequeños tratando de espantar sus miedos. Y preferimos pensar que esto del cambio climático es un engañabobos que no va con nosotros.