No es justo

Jaén ha protestado contra la clase política. Sin algaradas, sin violencias. Con el poder que otorga la razón y la palabra. La discriminación y el abandono con que se suele tratar a esta provincia han aflorado una vez más. Se están cerrando empresas y comercios, se está empujando a los jóvenes a malvivir, a emigrar en busca de un futuro digno. ¿Tendrán alguna consecuencia las quejas populares o se diluirán poco a poco, para acabar, como siempre, en resignación? ¡No han estado a la altura políticos de todo signo para tratar a Jaén con la dignidad que se merece! Lo ocurrido con el AVE de Granada, desviado hacia Antequera y Córdoba, sin pasar por Jaén, fue una chapuza. Los granadinos y los jiennenses nunca debieron permitir ese atropello. ¿Y qué me dicen de lo ocurrido recientemente con la Ministra de Cabra, vanagloriándose de llevar a su provincia unas instalaciones militares con las que Jaén casi contaba? Una prueba evidente de que los ciudadanos estamos en manos de mafias de poder, donde todo se negocia sin luz ni taquígrafos. ¿Equilibrio territorial y apoyo a la España vaciada? Puro sarcasmo de quienes viven muy bien de sus inanes discursos.