Niños con problemas de adultos

22 ene 2016 / 10:22 H.

É l tenía once años y los demás debíamos tener en nuestra conciencia la parte correspondiente de culpa por su muerte. Este hecho es una barbaridad de tal calibre, que es imposible que se quede en una simple y llana noticia. Qué puede pasar por la mente de un niño para tomar la decisión de poner fin a su vida cuando está en plena infancia, cuando los sueños todavía deben ser los protagonistas de sus vivencias. ¿O nos estamos equivocando introduciendo a los niños en el mundo de los adultos y sus problemas demasiado pronto? Tengo que pensar en mis once años para ponerme en su lugar y comparar. Si digo que estaba en babia, como la inmensa mayoría de las niñas de mi edad, expreso con exactitud meridiana mi situación y la de todas ellas. Estar en babia significaba ni más ni menos estar ajenas a los problemas que no nos correspondía saber ni resolver, para eso estaban los adultos. Las relaciones con nuestros iguales estaban jalonadas de luces y sombras, de risas y pequeñas discusiones, de reconciliaciones y enfados, pero todo, en el fondo, niñerías. Desgraciadamente, es mi modesta opinión, estamos perjudicando demasiado a nuestros niños apropiándonos de su infancia. Desde pequeños los sobreexponemos en las redes sociales con el consiguiente peligro que ello supone. Presumimos de sus habilidades en el manejo de móviles y ordenadores sin conocer el uso que hacen de ellos y los problemas que pueden acarrear si éste no es el adecuado. Los padres de Diego denuncian que sufrió acoso escolar. Un niño en un mundo de niños soportando un comportamiento que no es propio de ellos, a no ser que se haya permitido, muchas veces por ignorancia, el aprendizaje de malos ejemplos. Algo está fallando cuando nuestros adolescentes sufren acoso y malos tratos. Que mil adolescentes entre trece y quince años hayan denunciado a sus parejas por acoso e incluso palizas, nos indica ni más ni menos que nos estamos equivocando, que algo falla, que los valores se nos han quedado por el camino y que por el bien de todos deberíamos plantearnos recuperarlos.