Ni Otegui ni Puigdemont

En mi memoria, tengo vagos y confusos recuerdos de cuando en Andalucía se votó a principios de los 80 para decidir si querían los andaluces ser una Autonomía, tal y como eran los catalanes, vascos o gallegos; las llamadas Autonomías históricas. Desde ciertos sectores de la derecha, venían a decir más o menos que la aceptación de esa Autonomía, supondría algo así como dar la espalda a España. Vamos, casi como independizarse. Recuero perfectamente como desde el balcón de mi casa, en la Plaza de la Constitución de Jaén, en una manifestación en un 28 F, los manifestantes increparon a un vecino que había colocado junto a la bandera andaluza la española, y al grito de “que la quite”, lo obligaron a retirar la bandera de España. Había mucha inexperiencia política y confusión en esos temas en los extremos más radicales. Ni se iba a romper España por culpa de los andaluces, ni había que renunciar a España por defender lo andaluz. Afortunadamente, en Andalucía, la mayoría nos sentimos tan españoles como andaluces. Y por siempre que sea así. No demos cabida por aquí a Oteguis o Puigdemones que vengan a joder nuestra pacífica convivencia.