Negacionistas del tranvía

14 oct 2021 / 12:38 H.
Ver comentarios

Tras una buena coordinación institucional entre Ayuntamiento y Junta, el convenio del tranvía, por fin, se llevó al pleno. El Ayuntamiento respalda la decisión de asumir el 25% de los gastos. La Junta se hace cargo del 75% de los gastos y ya tiene a su disposición los vagones y las instalaciones. Falta licitar para que la empresa concesionaria repare y efectúe la puesta en marcha. Los ciudadanos están informados, ahora toca poner, por encima de cualesquiera otros, los intereses de una ciudad que necesita activar cada uno de sus barrios. El tranvía hay que sacarlo adelante con la máxima agilidad posible, porque el bienestar de los jiennenses y la buena imagen de la ciudad, no se entendería, si no viniesen avalados por proyectos aprobados con fondos europeos y por representantes políticos y ciudadanos comprometidos con mejorar la cara de su ciudad. Con la puesta en marcha del tranvía, la ciudad va a cambiar su fisonomía y va a rentabilizar (ya era hora) la inversión pública que supuso su construcción. Presiento que la ciudad va a entrar en un ciclo de regeneración y modernización que hará sentir un orgullo inusitado a sus habitantes.

La autoestima de los jiennenses está bajo mínimos y eso va a cambiar cuando vean que se trabaja en cambios que buscan la buena dirección, como la incorporación de treinta y dos autobuses más seguros y confortables. Mejorar los servicios públicos es una cuestión de eficiencia en la gestión de los recursos. Hay que aprender a interpretar esta ciudad para dar solución a problemas anquilosados que se quedaron por el camino, es obligación de todos que nos creamos que somos capaces de conseguir una acción proactiva que supere las tribulaciones de una historia ennegrecida por los enfrentamientos absurdos de sus políticos. “Proyecto proyectado, proyecto ejecutado”, solo así podremos involucrarnos en competir con otras ciudades más desarrolladas. Con el plan Colce nos hicimos oír en los telediarios, pero el tranvía espera que, si aquello no salió bien, ahora nos aliemos de manera constructiva, con una realidad que solo espera a ponerse en movimiento.

La apatía social es mala consejera para quienes cuestionan la puesta en marcha de un tranvía que, gracias a su respeto al medio ambiente, va a dejar de emitirse en la ciudad, una cantidad importante de gases de efecto invernadero. Aprovechemos la oportunidad y pidamos ya otra línea que cruce la ciudad de este a oeste. De nada sirven otros intereses que no sean los de promulgar, el ser honesto con los intereses de la ciudad, intereses que nos afectan a todos y que todos por igual, deberíamos defender. Contamos con el respaldo institucional, añadamos el respaldo social a una medida que se tomó hace once años y que aguarda, desde entonces, una solución práctica que propicie el inicio dinámico de la capital. Nos libraremos del mal endémico de la ciudad, cuando dejemos de anteponer los intereses particulares a los intereses generales, erradiquemos esa lacra y pidamos disculpas a Jaén por los errores cometidos. Devolvamos a esta ciudad cuanto se le ha quitado por unas u otras razones. De nada vale decir que estoy orgulloso de mi ciudad, si luego cada uno de nosotros, no demuestra un interés real por la misma. Ser, hoy día, negacionista del tranvía, no es una decisión que me genere un placer sublime.

Articulistas