Narcos

Regresando en vuelo de Iberia de México a Madrid este verano, disfrutamos la película de Clint Eastwood La Mula sobre los narcos mexicanos y gringos. Después nos sorprendió la serie de Netflix dedicada al narcotraficante mexicano el Chapo Guzmán, por su cruel realismo y las violentas tramas de clanes, mafias armadas y cárteles de Sinaloa, Nuevo Laredo, y la corrupción en México de políticos, militares, policías, jueces, los agentes norteamericanos, con más de tres mil asesinados por ese narcoterrorista. Desde enero de 2020 sorprendían las declaraciones de la presidente de Bolivia, Jeanine Ánez y su secretario de interior sobre el anterior presidente, Evo Morales, dirigente de los cocaleros e indigenistas, prófugo y asilado en Argentina, acusado de pucherazo electoral, narcotráfico, corrupción, malversación, financiación ilegal e incitación a la guerra civil en Bolivia, con constantes relaciones con las dictaduras de Venezuela, Cuba y Foro de São Paulo. Hay noticias sobre la financiación ilegal del expresidente Morales a ministros y políticos del actual gobierno de nuestra despedazada España. Narcotráfico, corrupción, terrorismo, ¡qué horror!