Música para camaleones

Mientras escribo suena música de fondo, la del 75 aniversario de esta casa, la de Julio Demonio que es de Jaén y canta como si Bob Dylan se hubiera criado en San Ildefonso. Debería escribir de los fuegos de artificio de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, de su cortejo empalagoso y mediático que interesa por deformación profesional y porque, a pesar de todo, intentan formar gobierno. Pero a mí me gustaría escribir de una banda de Linares que suenan muy bien y se llaman Atomics Lemons, cuyo vocalista es como Mick Jagger en el escenario, pero con 100 años menos. El paréntesis musical es porque este diario que coge en sus manos o lee en el móvil cumple años y estamos de fiesta y currando al mismo tiempo, que es algo muy andaluz, aunque algunos no lo entiendan, ni falta que hace. El bailaor Antonio Gades, que no era andaluz, decía que Andalucía no es que esté alegre, es que quiere ser alegre, pero no le han dejado, y en su abstracción de la precariedad canta o grita ay. Me parece que por ahí van los tiros que habría que pegar musicales o no. Mientras tanto, desde esta trinchera por la que pasaron tantos buenos periodistas y compañeros, intentamos poner voz a tantos quejidos de un Jaén que busca su propia voz. Actualidad manda, Andrés Bódalo jamás pensó que desde Jódar, su Macondo reivindicativo, la iba a liar tan parda o dar tanto el cante. Asunto nacional y hasta el tato hablando de la condena del edil. Teresa Rodríguez, en una pasada de frenada de esas que quitan el hipo, lo comparó con Miguel Hernández, puestos a buscar iconos más morenos un Mandela de Jódar y la hipérbole le hubiera quedado internacional. La máquina de crear iconos de Podemos trabaja noche y día. “Fuera, fuera, ladrones de naciones, guardianes de la cúpula banquera, cluecas del capital y sus doblones: ¡fuera, fuera!”, citaron al poeta con carteles en el pleno de Jaén del ausente concejal jodeño (gentilicio) de Podemos. Que levante la mano quién no abraza esos versos. La mediática detención “mimosín” del sindicalista estaba trabajada en un gran plano secuencia, con batido de chocolate sobre la mesa incluido. Sonrisas y lágrimas. Así la quería el personaje —el hombre que se quita la gorra al llegar a casa es otra cosa— que trabajó en cada conflicto laboral primero de su tierra y luego exportando la marca a través del Sindicato de Obreros del Campo, más tarde SAT y ahora Podemos. Sus virtudes, en apoyo de los débiles rurales con precariedad de jornal a destajo, están claras. Sus defectos en forma de conflictos judiciales y policiales, también. Esa acumulación de errores, cuando el piquete es expeditivo y nada informativo, cuando confundes a una cajera del Mercadona con Botín, le lleva a la trena y allí solo podrá escuchar música de Reincidentes. En Podemos, como en Ciudadanos, los “casting” incompletos y apresurados tiraron de cabezas de cartel que tenían una carga explosiva con retardo. La depuración de las listas se caerá por su propio peso. Aunque Rita, Rita... En el caso de Bódalo, no obstante, al margen de Pablo Iglesias “el librero” y otros responsables de Podemos, esta semana también surgieron otras voces cualificadas. En agradecimiento a las banderas andaluzas a la puerta de la cárcel, ese hombre de paz llamado Otegi salió en defensa de Bódalo. A este lado de la izquierda, ese tipo de respaldo da un marchamo de calidad, un incomprensible aval que me cuesta entender en tiempos de guerra y paz. En el Ayuntamiento, el equipo de Gobierno local tendrá que esperar por si Jaén en Común decide hacer lo que toca: relevar al concejal. Salvo que quiera alargar la campaña y el alcalde tenga que aplicar la legalidad y dejarle sin el acta de concejal por imperativo. Ahora cambio el tercio, aunque sigo con jornaleros, porque la precariedad que denuncia el protagonista de la semana es real. Aquí, para una buena parte de la población, completar la paga es tarea multidisciplinar. El delantero del CD Torreperogil Diego Jopi, máximo goleador del equipo, abandona en plena competición al irse a la campaña del espárrago en Navarra. Ronaldo haciendo la fresa en Huelva. Será que hoy me estoy haciendo viejo, que cantaron ayer El Club del Aguante, porque hay cosas que no cambian.