Mujeres luchadoras

Hay entidades, sujetos... Los denominaré así, agarrándome bien los machos, aunque podría hacerlo con otros sustantivos y adjetivos más convenientes en rotundidad y pragmatismo a sus figuras. Sujetos que se dedican a poner palos en las ruedas de los trabajos que muchas mujeres hacemos, por el “penduleante” hecho físico de tener un sexo no femenino y creerse en potestad de gobernar la redondez del mundo. Quizás deberían probar una buena ración de su propia medicina, la misma que ellos exudan por su piel, mediante palabras, hechos y omisión. Andar sobre cristales rotos te obliga a cojear, a centrarte en las heridas de los pies, pero a veces, no somos conscientes que tenemos que ser más fuertes que el dolor que nos infringen con su media sonrisa creyéndose los reyes del mambo. Yo soy mujer. Siempre lo he tenido mucho más difícil para conseguir algo en mi trayectoria, para mi persona el nivel de exigencia ha sido mayor, y, aun así, no he logrado llegar a donde quiero llegar. Aun... Reconozco que, tras vetos, zancadillas, ataques de “chupacharcos”, y robado de información de “pillabichos”, lo que más me duele, es que, en este mundo misógino, hay
mujeres que son parte de
esa misoginia. Delirante.