Moraleja de principios

13 abr 2019 / 11:31 H.

E staba el picapedrero machacando piedras en la cantera y maldiciendo la mala suerte del duro oficio que apenas para vivir le daba. Soñó con ser capataz y a la mañana siguiente así lo era. Pero advirtió que quien más mandaba en la cantera era el amo, y ser el jefe fue esa noche su sueño. Se cumplió, y como propietario probó por primera vez la buena vida que su nueva posición social le regalaba. Acostumbró su cuerpo a los placeres del poder y al único objetivo de obtener cada día más beneficios. Conoció a los potentados de la economía, a la alta sociedad y hasta se hizo amigo de la nobleza. Supo entonces que era el rey quien más poder tenía, y aquella noche soñó hacerse rey. Se cumplió, y un día paseando por su reino se dio cuenta de que el sol era aún más poderoso que él. Soñó con ser el sol, se cumplió y un medio día, cuando más calor y fuego manaba, llegó una nube y lo tapó. Soñó hacerse nubes y tormenta. Todo le fue concedido, y con toda su fuerza de borrasca lanzó sus rayos contra una montaña, que ni siquiera se daba por aludida. Soñó que era montaña y se cumplió. Al día siguiente, los picapedreros comenzaban su jornada.