Mito y realidad

    19 ago 2022 / 16:00 H.
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    La distancia entre el tiempo biológico y el tiempo histórico es movediza para las especies arbóreas que habitan el planeta tierra entre las que se distingue la serena belleza del olivo, uno de los ejemplares de mayor atención y misterio entre las especies arbóreas conocías, cuya historia cuenta con vestigios como, por ejemplo, los hallados en la cultura egipcia: la testa del faraón coronada con ramitas de olivo y las aceitunas que le servían de mágico alimento al personaje durante el tránsito funerario. Sin embargo, la remansada dignidad del olivo procede de la disputa entre Atenea, diosa de la sabiduría, y Poseidón, rey del mar; acontecimiento, según Heródoto, que dio lugar a la ciudad de Atenas. La Biblia, mediante la ramita de olivo trasladada en el pico de la paloma ante Noé, anuncia el comienzo de un tiempo de paz con todo un proceso de pensamiento que alcanza hasta nuestros días. Hoy, un estudio reciente entre investigadores de Tel Aviv, la Universidad Hebrea, desvela la primera existencia del olivo en el valle del Jordán hace 7.000 años. Esto significa que, previamente, fueron llevados allí y, por consiguiente, seguimos pendientes de nuevos datos biológicos del mítico árbol que, sin duda, aún dilatarán más su tiempo histórico.

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