Mis temores favoritos

    29 oct 2024 / 09:01 H.
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    Ayer fue la oscuridad, el reino de la sombra, la luz ausente. Ruido súbito que inquieta. Ulular del viento en una solitaria callejuela, percibir en la neblina una fantasmal figura, el peligro de lo clandestino en una infantil aventura. La violenta tormenta que invoca un estremecimiento. El misterio entrando por una ventana abierta cuando el mundo está durmiendo. No saber que habrá al final de esa escalera que lleva al desván. Chirridos, susurros y bisbiseos. Alimañas que se ocultan al pasar por un camino y notamos su presencia sin querer admitirlo. Velas encendidas de los que quedan por los que fueron. Que no llueva y no crezca nada o que llueva mucho y venga la riada. El fuego terrible o el desaforado frío. Que llegue lo peor del invierno y el estío. Encantados de leyenda, ánimas en pena, tíos mantequeros y locos tísicos. Tiernos animales podridos en la soledad del moridero. La mirada perdida de un cadáver devorado por los cuervos. Terrores favoritos de cine y televisión. Seres fantásticos, vampiros, monstruos, hombres lobo, asesinos hirientes. Hoy el infantil temor queda atrás, no hay huida en la oscuridad. Ahora el miedo es llegar a esa edad en que una llamada intempestiva en la madrugada nos dice que acabamos de perder ese algo que nunca tuvimos y nos arranca el alma.

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