Miles de actos de amor

Ante las imágenes de la tragedia de la Dana en Valencia y otras zonas de España solo cabe el asombro y la preocupación. Ante los testimonios de tantas vidas rotas, muertas, desesperadas, solo cabe la consternación. Ante tanto dolor y sufrimiento, solo cabe la ayuda como respuesta. “Donde abundó la tragedia, sobreabundó el Amor”. Es lo que está sucediendo en las zonas castigadas por la devastadora Dana de la pasada semana. Miles y miles de actos de amor que tratan de ayudar a miles de personas que han perdido viviendas, negocios, recuerdos, y lo que es peor, que han perdido a seres queridos en circunstancias tan dramáticas. Tiempo habrá de buscar responsabilidades y mejorar bastante los protocolos de actuación, ahora toca comprender la desesperación e indignación y ayudar, arrimar el hombro, procurar la pronta recuperación de las vidas afectadas. Solo me hago dos preguntas: ¿De verdad que no se pudo haber evitado los efectos tan trágicos de esta Dana? ¿Por qué las respuestas de las distintas administraciones públicas han tardado tanto en llegar y con tanta descoordinación? Las respuestas no son fáciles pues hay mucho que analizar, pero lo que sí está claro es que el cabreo, el descontento, la rabia y el sentimiento de abandono de tantos seres humanos que sufren esta catástrofe son completamente comprensibles y nos tienen que hacer pensar, no sin vergüenza a los que tienen responsabilidades para evitar o actuar en estas situaciones. Ante tanta generosidad de los ciudadanos que no escatiman medios en ayudar solo cabe el sentimiento de alegría y esperanza. Destaco aquí las palabras de la psicóloga Patricia Ramírez que en uno de sus últimos vídeos nos recuerda que somos amor, bondad, valores, pero estamos tan distraídos en otras cosas insignificantes, que no siempre aflora la necesidad de cooperar y entrega. Es en estos momentos tan duros cuando “despertamos” de nuestros egoísmos y nos sale ayudar; bendita ayuda, bendita generosidad, benditos actos de amor y altruismo que estamos viendo, leyendo y escuchando. Es lo mejor del ser humano, lo que nunca debe permanecer escondido.