Mientras miramos el móvil

Un dedo acusador y humillante de Trump hacia quien busca incansablemente un acuerdo de paz, Zelenski; una lucha entre la vida y la muerte de un Papa bien llamado de la Misericordia; una dura reconstrucción de los hechos de quienes sufrieron la tragedia de una dana; un llanto callado recordando aquella horrible pandemia de hace ahora cinco años o una reivindicación con color morado para no olvidar que hombres y mujeres somos iguales. Eso y más pasa. Un joven que se autolesiona en su habitación porque sólo desea ese cuerpo perfecto y esa vida maravillosa que nos ofrecen los influencers, una joven que envía una foto y su intimidad ya es de todos, un joven que llora sin lágrimas en su aula invadido por la tristeza de sentirse solo, miles de jóvenes conectados a un directo, una sociedad que pasa el tiempo arrastrando con un dedo páginas y páginas pero no de papel, una familia empantallada o una persona que alimenta su ego en su continuo afán de likes. Esto y más pasa. Y es la vida que pasa, que se despista y nos arrebata tempranamente a grandes amigos y compañeros. Paremos un momento, un rato, contemplemos el camino porque la vida es esto y eso que pasa mientras miramos el móvil.