Mi obsolescencia programada

    18 oct 2019 / 11:04 H.

    No sé porqué, me he desfondado. Me hallo cautiva de la blandicia y vagabunda del desconcierto como si mi obsolescencia programada hubiera cumplido. Quizá sea debido al tsunami de las “Fallas catalanas” que arden cada noche en el televisor tras el fallo del “procés”, y que me incita a querer huir a cualquier país en el que se pueda vivir al ritmo de las estaciones. O puede que sea culpa de estos políticos que nos llevan a “re-votar” el 10- N teniendo por escenario el 155. O el cruce de miradas entre Greta Thunberg y Donald Trump que me afectó como si el abusón fuera un agujero negro que chupara mi energía, y ella —la pequeña de la clase— expulsara esta pesadez a otra singularidad cuántica en un círculo sostenible de doble toroide. O las tres toneladas de peces muertos en la Manga del Mar Menor por falta de oxígeno y de vergüenza que, han volatilizado mis esperanzas sobre el futuro del planeta. Solo me salva de este abatimiento la inminente puesta en marcha del tranvía de Jaén. Después de haber seguido durante años este proyecto aparcado, con el mismo interés con que miraba en misa a los del coro, ahora, por fin, puedo yo cantar: alma mía recobra tu calma, que el Señor es bueno contigo...