¡Mi barrio no lo toques!
Ser de esta bendita tierra del Santo Rostro es un orgullo que paseo y luzco por donde voy. Vivir en el Casco Antiguo, en mi precioso barrio de San Juan es un privilegio. Un lugar donde sus vecinos son tu familia, donde un “Buenos días, Mari” es un abrazo que te acompaña todo el día. Mi barrio no solo es bello por su Patrimonio histórico, si no por la belleza del corazón de su gente. Y una vez más alabo hoy a mi barrio más que nunca porque hace unos días alguien muy cercano me contó que una joven turista, que llegó a una vivienda turística situada entre el barrio de la Magdalena y San Juan, fue atemorizada por el taxista que la llevó al lugar, quien le mal advirtió de lo peligroso del barrio y de que nunca paseara sola por él. ¿Esta es la imagen de nuestro Jaén que este señor quiere dejar ver? Imagino que no todo el gremio lo compartirá, pero me resulta indignante que se venda tan mal nuestro casco antiguo. A personajes como ese les recomiendo que se mezcle con su gente, con el entorno, que lo viva y lo sienta antes de opinar, o que se dedique a otra cosa que para lapidar nuestra tierra ya hay muchos. En mi bello barrio, con su maravillosa gente, yo me quedo aquí defendiéndolo siempre.