Mens sana

Según el profesor universitario Richard Restak, neurólogo y neuropsiquiatra, incluir ciertos gestos en nuestra rutina podría ralentizar e incluso frenar el deterioro cognitivo. Y aunque lo cierto es que parece que el deterioro de las conexiones cerebrales se produce cuando vamos envejeciendo, no hay que esperar a detectar síntomas en nosotros o en los de nuestra quinta para comenzar a generar buenos hábitos (o a desterrar los perjudiciales). Entre ellos, y el verano es un buen momento para comenzar a incorporarlos en nuestra vida cotidiana, nos aconseja juegos que impliquen la memoria (como el ajedrez o las cartas), leer (especialmente ciencia ficción), realizar acciones cotidianas que nos supongan esfuerzos memorísticos (la lista de la compra), tratar de tener un estado de ánimo positivo, y alejar algunos factores negativos, como por ejemplo algunas ventajas del móvil: las fotos de lo que visitamos hacen que no retengamos los detalles para contarlos, ya que podemos enseñarlas; los mapas hacen que no tratemos de desarrollar la visión bidimensional ni la orientación; los contactos que no memoricemos los teléfonos; etcétera. Así que, enganchando con mi pasada columna, demos unas pequeñas vacaciones al móvil y juguemos, hablemos y leamos. Felices vacaciones.