Mejorar comunicando

    21 nov 2022 / 17:03 H.
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    Empleabilidad y acceso al mercado laboral, han sido los asuntos sobre los que han tratado diferentes eventos a los que he podido asistir durante la pasada semana, en distintos lugares de nuestra provincia. Como telón de fondo, la oportunidad y el objetivo de dotar de habilidades, recursos, formación e información a los demandantes de empleo y ponerlos al día sobre las nuevas necesidades que tienen las empresas, que en nuestra provincia son generadoras de empleo y riqueza en diferentes sectores. Mucho se ha hablado de la necesidad de contar con perfiles que puedan ser compatibles con la tecnología y conscientes de la importancia de la formación continua, para mantenerse en esa permanente actualización, que un mercado tan digitalizado como el actual, requiere. Pero he echado en falta en todos ellos, que se le dé a la comunicación, como competencia crítica, la importancia que a mi entender tiene. Una competencia ésta, que se trabaja muy poco en la etapa formativa de los jóvenes y adolescentes y que hoy en día, resulta fundamental para conseguir aumentar la empleabilidad, siendo por tanto una responsabilidad para los agentes educativos y para las familias, si queremos que nuestros jóvenes mejoren su empleabilidad desde la conexión real con el mercado de trabajo.

    Fue Albert Einstein el que dijo que “No entiendes realmente algo hasta que no eres capaz de explicárselo a tu abuela”. Qué sencilla y excelente manera de resumir la importancia que tiene la comunicación. Y qué difícil es encontrar a jóvenes y a no tan jóvenes, que posean la habilidad para captar la atención y dominar el lenguaje verbal y no verbal y conseguir de este modo, que los demás comprendan sus ideas y conceptos. Transmitir oralmente con efectividad una idea o cualquier tipo de información a una audiencia no es sencillo. Menos aún lo es, saber escuchar para adaptar el mensaje a quien te escucha. Y resulta que, tras superar afortunadamente un período de relaciones digitalizadas por causa de la pandemia, hemos vuelto a una situación en la que son frecuentes este tipo de actos, reuniones, charlas, clases, conferencias, situaciones en definitiva en las que se hace indispensable desplegar esta competencia.

    Cuando tienes la oportunidad de escuchar a responsables de importantes organizaciones, a los que no les gusta e incluso sufren hablando en público. Cuando atiendes atento a las explicaciones de un responsable público que se expresa entrecortadamente y sin fluidez, o se limita a leer los apoyos en forma de ficha o anotaciones que le acompañan. Cuando una persona encargada de gestionar el capital humano de una organización se dirige a potenciales empleados, con un lenguaje pobre y poco adaptado al perfil de la audiencia, o cuando un presentador no contacta con el público, no interactúa con él, no pregunta ni le mira, es que algo no estamos haciendo bien en lo que, de trabajar la comunicación con criterios de responsabilidad, se trata. Tenemos la responsabilidad de formar a jóvenes que una vez incorporados al mercado laboral, sean capaces de utilizar un lenguaje amplio, variado y adecuado a cada situación y al público al que se dirijan. Que consigan expresarse con seguridad y convicción, hablando de manera fluida y verificando que los demás les hayan comprendido. Que cuando ostenten puestos de responsabilidad y sean ellos los encargados de dirigirse a otros jóvenes, lleven preparadas sus intervenciones con antelación y no las dejen en manos de la improvisación. Y si de entre ellos, alguno consigue disfrutar comunicando y es capaz de transmitirlo, que seamos capaces de deleitarnos atendiéndole. Hasta entonces, a los que estamos ahora en la responsabilidad y en el esfuerzo diario de relacionarnos, de vivir en comunidad, de hacer visibles nuestras empresas, de conseguir ganarclientes o de dotar de atributos a nuestras marcas, no nos queda otra cosa que prepararnos mejor, ensayar las presentaciones, tratar de superar ese miedo inicial que muchas veces nos atenaza y practicar, practicar y practicar, porque la comunicación sólo funciona para aquellos que la trabajan.

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