Me cuesta entender
Reconozco que me cuesta, y mucho, entender algunos acontecimientos que nos han rodeado durante este último mes de septiembre. Me cuesta entender dónde está el límite entre el derecho y el respeto: derecho a manifestarnos, por supuesto, y más aún cuando se trata de gritar ante los horrores de una guerra (gritemos, gritemos siempre); pero respeto hacia aquellos deportistas profesionales que se han preparado enormemente para una competición. ¿Tienen ellos también derecho a ello? ¿Por qué no decidir antes si un país ha de participar o no?, ¿por qué en unos deportes hay más ruido mediático que en otros?, ¿cómo se posicionará el Comité Olímpico Internacional sobre esta censura deportiva a Israel o qué ocurrirá ante la próxima edición de Eurovisión? Leo en la prensa que el festival Granada Sound se encuentra vinculado a inversores israelíes, el grupo KKR, acusado de financiar la matanza palestina: me sigue costando entender. Y, en medio de todo este debate tan controvertido, mientras nuestro mundo observa un sufrimiento inaceptable, nos entretenemos afilando el lápiz para buscar la palabra exacta: ¿matanza, masacre o genocidio? Por favor, explíquenme todo esto porque me cuesta entender.