Mateo Madridejos

    22 feb 2020 / 10:20 H.
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    Mis recuerdos se ciñen a sus paseos de ida y vuelta junto a mi tío Manuel por la plaza de la Coronación, donde platicaban sin descanso. Él fue quién me puso en su pista en la adolescencia: “Procura leer sus cosas y aprenderás mucho, conoce los intríngulis del mundo como pocos y no se da pisto, como otros”. Desde entonces seguí su rastro y en esa búsqueda fui descubriendo la dimensión periodística, humana y cosmopolita de nuestro paisano. Sus libros, sus ensayos, sus artículos, sus crónicas como corresponsal en medio mundo, son un compendio de sabiduría, de estilo, de independencia y de rigor, sin concesiones a la galería. Su blog “El observatorio mundial” es un espejo referencial e imprescindible del análisis político internacional. Tuve el honor de que prologara mis Panquilerías en 2017, en cuyo remate decía: “Que la suerte nos acompañe para seguir por ese camino tan abrupto y con frecuencia enconado pero a veces maravilloso. ¡Cómo los senderos escoltados por los farallones de Tíscar!” Hoy recibe en nuestro pueblo, Quesada, el Premio Zabaleta de Periodismo 2019, para gloria de todos y del periodismo en particular.

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