Más humanidad
Recientemente se ha publicado por parte de una protectora de animales de nuestra ciudad un hecho que se repite cíclicamente: un perro muere por culpa de los petardos. Las medias tintas no valen, porque se sufre o no se sufre, se muere o se vive; por lo que ni la inconsciencia o el negocio son excusa. Ya estoy harto de los que dicen que un animal “no sirve” para algo, porque eso suele ser sinónimo de maltrato o abandono, como si acaso un perro existiese para divertirte o quitarte trabajo. He visto a muchas personas cuyos animales les han salvado de una soledad lacerante, les han dado una razón para levantarse cada mañana a cambio de nada; porque precisamente eso significa tener a tu lado un perro, una criatura que cada día lo hace lo mejor que puede, algo que pocos pueden decir. Nosotros mentimos a quien nos quiere, criticamos a quien nos abraza y tenemos envidia hasta de nuestros familiares, pero ellos no, ellos solo quieren vivir, y ni eso les dejamos. Antes de tirar un petardo, piensa en su sufrimiento y en el de las personas que los quieren, porque es lo mínimo que puedes hacer para quien para muchos es un miembro de la familia.