María Dolores Morales Ruiz

02 dic 2016 / 12:40 H.

La escritora de Castillo de Locubín acaba de ser declarada ganadora del XIX Premio Nacional de cuentos Ciudad de Mula (Murcia), dotado con 2.200 euros. Leyendo los textos de esta joven, pronto sobrevienen los nombres de James Salter y Raymond Carver por la calidad de una prosa que se hace imperecedera en los instantes borgeanos de las generaciones. Ningún lector que se precie puede olvidarse de los símbolos de una escritura que narra con una honda sensibilidad literaria y sueña su inspiración cervantina en la métrica inefable de la esperanza, que habita entre nosotros. Habrá que seguir con mucha atención la trayectoria de la escritora jiennense. Su nombre ya ha sido caligrafiado con el reconocimiento de críticos y expertos. Su originalidad fluye como la sintaxis de la existencia en los párrafos, que creen en el destino de sí mismos. Para crear la metáfora en el mismo universo de Jane Austen y recordarnos lo que dijo Vargas Llosa: “Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado en la vida”.