María Bellido

    23 jul 2019 / 12:02 H.

    La Guerra de la Independencia contra el invasor francés nos dejó un buen puñado de heroínas. La más nuestra, María Bellido. Tan nuestra que a estas alturas seguimos dudando si existió o fue un mito. Ni Agustina de Aragón, María Malasaña o María Pita son cuestionadas. Tan nuestra que ni sabemos su auténtico nombre, María Luisa Vellido, María Inés Jualiana Bellido Vallejo. A lo sumo, llegamos a ubicarle el nacimiento en Porcuna y, con cierta duda, el año. La casamos con un alfarero viudo bailenense, aunque parece ser que era de bastantes posibles. La cargamos de hijos. Unos heredados y otros propios. Y llega 1808. María Bellido es ya una anciana, más de 60 años de aquellos años. Los días de la batalla de Bailén, no hay registros oficiales, resultaron ser muy calurosos. Lo importante era garantizar el suministro del agua. De ahí, lo trascendental de la gesta que María Bellido y otras mujeres realizaron en mitad del campo bélico. Llevar agua a las fuerzas españolas. Un disparo enemigo destroza el cántaro que ella porta. Sin inmutarse, recoge del suelo un gran trozo que aún tiene agua y se lo ofrece al general Reading. Lo demás, si que es leyenda.