Marciano Andrés

Marciano Andrés de Diego sin ser humorista es junto al director y a Perdiguero, la persona más vinculada y más conocedora de todo lo sucedido en La Codorniz. A Marciano se le conocía como “chico para todo” y consiguió que la dirección de la revista le diera un carnet donde se especificaba su función. Marciano Andrés ejerce en este periódico las funciones de auxiliar de redacción. Una mañana del 23 de diciembre se oye llamar a la puerta de la redacción, abre y se encuentra con dos individuos que preguntan por Álvaro de la Iglesia, no está y tardará una hora en venir, no importa, para lo que venimos mejor que no esté. Perdiguero oye voces y sale a la entrada y en ese momento son encañonados con una pistola, les obligaron a entrar ambos en el cuarto de baño donde los tuvieron encerrados. Furiosos rompieron todas las portadas de la revista, depositan la máquina de escribir en la bañera y la rocían con ácido dejándola inutilizada. El motivo fue la publicación de una crítica humorística sobre el Diario Arriba, que Perdiguero había dibujado el Diario Arriba, como Abajo y sustituyendo el yugo y las flechas, símbolo de Falange por un tazón y tres cucharas. Don Manuel Pombo Angulo se interesó mucho máxime teniendo constancia que su gente fueron los que habían asaltado la revista.