Manos

Las manos son femeninas y plurales. Una, ahorra. Otra, regala. Una se abre y otra se cierra; una se ofrece, la otra se oculta. Esas manos, unas mejor que otras, nos han criado. Nos han sostenido. Nos alimentaron, los lavaron, nos vistieron y nos peinaron. Son las mismas manos que esta noche buscan las nuestras y las de otras generaciones. Las manos que se afanan en que nada falte en la mesa de los suyos. Las que, estos días han abierto y cerrado el monedero hasta decir basta. Las que han buscado lo mejorcito para ese caldo reconstituyente del día de Navidad, el mismo que repetirán para Año Nuevo. Manos que artítricas, lo mismo piden auxilio, pá cambiar ese marmitón de caldo mágico, que pá bridar un rollo de carne.

Manos que no van a urgencias, aunque acaben con cortecitos múltiples y pequeñas quemaduras. Pá esto pimienta, pá esto el alóe vera, pá esto un poquito de aceite. Y la botica está en la cocina. Manos que nos sostienen día a día, que imponen paz posándose sobre nuestras cabezas, que rematan los abrazos con mejores palabras y mejores gestos. Manos, femeninas, que de a dos, llevan siempre dentro el espíritu de estas fiestas. ¡Felices Pascuas!