Mano a mano

Dice el presidente Sánchez que el resultado de las elecciones ha sido injusto e inmerecido. Y es muy posible que lleve razón en según qué casos. Lo que no dice es si en esos resultados ha tenido poco o mucho que ver su propia participación en la campaña. Se lo podría preguntar a algunos alcaldes y concejales de esta provincia o al mismísimo presidente de Extremadura, ahora en funciones. Guillermo Fernández Vara, que dicho sea de paso es además de un prestigioso político un gran aficionado a los toros, cuando vislumbró la que se le venía encima con el desembarque electoral del “caudillismo presidencial”, se puso en guardia reforzando su propio mensaje en clave regional, que al fin y al cabo es de lo que iba la cosa: “En Extremadura, para Extremadura y por Extremadura”. No dejaba de ser una forma de distanciarse —o de defenderse— ante una campaña de tintes personalísimos que, en torno a la figura de Sánchez, el PSOE ha llevado a cabo de punta a punta. Y no andaba descaminado cuando, visto lo visto, parece ser verdad que la avalancha presidencial puede haberse llevado por delante a más de un buen alcalde —o alcaldesa— o dejar sin opciones a más de un candidato. Sánchez irrumpió en un terreno electoral que no le correspondía protagonizar y la jugada le salió mal, aunque eso sí, sobre las espaldas de los demás. Y sin contar con nadie, antes de que desde los tendidos propios y ajenos sonase la bronca —justa y merecida— va y organiza otra feria electoral en pleno verano, eligiendo los carteles y montando debates “mano a mano”. Si es que el espada gallego, que anda bien cotizado, decida seguirle el juego y entrar al trapo. Lo del mano a mano igual se lo ha sugerido el ministro Iceta —el que no quería que los toros entraran en el bono cultural de los jóvenes— que estuvo en la corrida de la prensa acompañando a Su Majestad el Rey. No sabemos si se lo pasó bien, pero motivos hubo. ¡Qué presencia y qué bravura la de los toros de Victorino y con qué verdad se pusieron delante —mano a mano— los toreros Paco Ureña y Emilio de Justo!

Si pensaban los fatigados candidatos de municipales y autonómicas de todos los partidos que, una vez elegidos, el presidente los iba a dejar tranquilos para negociar acuerdos, preparar el discurso de toma de posesión —ese que siempre lleva aquello de “gobernaré para todos”— y organizar con esmero la liturgia institucional de la constitución de los nuevos parlamentos y corporaciones locales, se equivocan. Otra vez fuera de la lógica democrática el presidente viene de nuevo a fastidiar a unos y a otros. Juntas electorales, componentes de mesas, interventores y apoderados, funcionarios de correos, agentes de policía y guardia civil, periodistas y ciudadanos de a pie que vamos a ver interrumpida la paz calurosa y veraniega con una nueva campaña electoral. En estas semanas tomarán posesión diputados autonómicos, alcaldes y concejales que van a dedicar los cuatro años siguientes de su vida a resolver problemas en la lidia diaria y directa con sus vecinos. Y es de temer que no se le vaya a dar la importancia, ni se va a visualizar esa celebración como corresponde. Y por cierto, lo que se vota no es presidentes, sino diputados. Diputados por Jaén. Que luego podrán votar a un presidente. No estaría mal escuchar —de todos— al estilo Vara, “En Jaén, para Jaén y por Jaén”.