Malos presagios

    31 oct 2020 / 16:09 H.
    Ver comentarios

    No me lo quería creer. Al principio me mosqueé, pero son cosas del oficio. En la primera semana de julio, en el Museo Provincial y en un tiempo récord (cuando trabajas con los buenos, Rafa Rus, Ana Pancorbo y Carlos Altés, suele pasar), se grabó el vídeo de los “Confinati con Tomati”, mi último libro. Cuando lo estaba acabando se me ocurrió la idea, en vista de cómo estaba el paño, de grabarlo para difundirlo por las redes. Lo de las presentaciones era una quimera. Durante la grabación me entrevistó Canal 7 y, a las primeras de cambio, me pregunta: “¿Has pensado escribir la segunda parte?”. Le contesté un poco airado que no me gustaría, que ya se vería en su momento. Los días siguientes la SER, Canal Sur y Onda Cero me preguntaron lo mismo y asumí con deportividad la pregunta. Hoy me he acordado del tema, me he reído y sigo sin ganas de escribir la segunda parte. Ahora estoy releyendo una gran novela de Gunter Grass, una parábola tierna y de pasión por la vida, plena de ironía y agudeza satírica en una época de grandes cambios en Europa, donde todo parece inimaginable y nada imposible. Se llama “Malos presagios”.

    Articulistas