Malas hierbas o personas tóxicas

30 nov 2018 / 11:17 H.

De vez en cuando hacen un pequeño favor, (que no interfiere para nada en su cotidianidad), para cobrárselo poco tiempo después alegando que él hizo esto o aquello por ti. Sobrepasan sus límites comprobando hasta dónde pueden llegar y esperan que los demás estén siempre dispuestos para sus necesidades. Se violentan si ven a dos personas cercanas hablando entre ellas, ya sean compañeros, familia o pareja. Tienen la insana impresión de que todo el mundo habla mal de ellos y de alguna forma se creen el centro de ideas maquiavélicas perpetradas por sus congéneres. Están los victimistas, que culpan a los demás de todos sus males chantajeando emocionalmente, los manipuladores, degradando el trabajo de los demás y propagando rumores negativos sobre gente ausente, buscando el enfrentamiento entre ellos. Sus logros, si los tienen, dicen que se los han ganado a pulso y sus fracasos son culpa de los demás. Su soberbia les impide reconocer sus errores, tratan de humillar a los que saben que son mejor que ellos y abusan del que creen tener bajo su yugo. Pero estas personas solo intoxican a quien pueden, no a quien quieren, o al menos, no durante mucho tiempo. Por eso, lo mejor frente a una persona así, correr. Porque ni corregirla merece la pena.