Mal vamos

    11 nov 2023 / 08:59 H.
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    Tengo gente cercana, muy orgullosa de haber defendido sus ideas corriendo delante de los grises, muy crítica y criticada con y por la gente cercana que también tengo, igual de orgullosa de defender las suyas ahora delante de la policía. Es evidente que estamos en un momento histórico, los dirigentes no están midiendo las consecuencias de sus actos, la prensa nacional manipula, en lugar de informar, según espurios intereses, justificando o escondiendo sin escrúpulos realidades tozudas por ideología radicalizada, y la ciudadanía continúa cada vez más polarizada. Hace unos años viví situaciones muy tristes en Barcelona, donde se ponía muy por encima de las relaciones familiares y las de amistad la ideología relativa al independentismo, y esa ruptura intrafamiliar se ha extendido ya a toda la nación. Ahora esta clase política y sus altavoces mediáticos nos han dividido en nuestros propios hogares, basta opinar para convertirse en facha o sanchista, ambos válidos como insulto o como elogio según el bando, por no decir rebaño. Deseo que algún liderazgo centrado con sensatez, junto con cierta autocrítica en ambos extremos, provoquen un vuelco hacia la cordura, no quisiera que mi próxima columna pudiera ser más dolorosa. Todavía hay arreglo y depende de todos y cada uno.

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