Lunes de resaca

    27 may 2019 / 12:25 H.

    En tiempos pasados era tradición que la feria de Sevilla comenzase en lunes, en primer lugar y de manera informal con la cena del ‘pescaito’, y después a las doce de la noche con el acto oficial del alumbrado, y después que acabase en domingo con los fuegos artificiales y los cuerpos de más de uno rotos de tanto bailar, beber, hablar y disfrutar, que ya está bien con seis largos días de feria. De tal modo que el primer día después de los festejos se llamaba con bastante buen criterio, lunes de resaca, que también fue no laborable durante algunos años por obra y gracia del poeta y erudito del flamenco archidonés, José Luis Ortiz Nuevo, que fue concejal de fiestas cuando el PSA gobernó el ayuntamiento hispalense. ¿Quién se acuerda ya de esos hechos y de esos munícipes ahora que el PSA no existe? Y sin embargo ya que al parecer estamos en los tiempo modernos, la cosa se ha desmadrado como casi todo en esta sociedad que todos somos y a la vez padecemos, y nos han metido de clavo el viernes del potaje y el sábado del ‘pescaito’, una vez más siguiendo los dictados hedonísticos del concejal de fiestas de turno que parece ser que está muy interesado en que la feria se alargue cuanto más mejor, digo yo que será por eso del turismo, y en caso de ser así bendita sea la idea, que por desgracia para todos, solo de ese menester vive la muy noble y leal ciudad de Sevilla, así que ¡viva la juerga y la jarana’ que le da de comer a más de uno. Pero ya es opinión bastante común entre los sevillanos que ocho días de feria son mucha feria y que no hay cuerpo ni bolsillo que aguante, así que la mayoría de los que tienen poderío para poder ir a la feria, el jueves de idem, cogen el petate y se van a la playa a descansar.

    Y se preguntaran mis lectores ¿a qué viene hablar del lunes de resaca casi un mes después de la feria? La respuesta me la sugiere el hecho de que hoy es lunes, y es también día de resaca, en este caso resaca política, puesto que en este país que creo recordar se llama España, llevamos más de tres meses de elección en elección y todavía no sabemos si esto se ha acabado por ahora o tendremos que repetir porque no hemos sido lo suficientemente aplicados a la hora de elegir nuestros representantes al Congreso y al Senado. O sea que en caso de que no se pongan de acuerdo los que tienen que hacerlo, sí o sí, nos veremos abocados a seguir con el ejemplo sevillano que ya resulta bastante representativo de lo que puede suceder, y será que tendremos que pedir una hipoteca para seguir con el jolgorio y esta vez encenagarnos con el polvo del camino hasta llegar a la aldea del Rocío, que esa es lo que se nos viene encima ahora. ¡Viva la juerga y el desmadre! Lo mismo da que sea folclórico que político, que para ese menester no nos faltaran diputados y senadores dispuestos a montar el número e incluso hacer el payaso en el hemiciclo, de lo cual ya hemos tenido también una deplorable ración el día de la constitución de las Cortes. Y es que no se puede sentir más que vergüenza viendo el esperpento que allí se formó a cuenta de algo tan sencillo como debiera ser el acto solemne de jurar o prometer la Constitución, que es de todos, también de aquellos que pretenden modificarla y que quizás sería loable lo intentasen conseguir por las vías estipuladas en ella. Pero si los señores diputados no son capaces de ponerse de acuerdo para establecer un reglamento que sea mínimamente decoroso y después cumplirlo, no es de extrañar que los demás ciudadanos estén hastiados de esa clase política tan estéril y gravosa para el erario público. Si esta es la España plural, mejor vamos a seguir la juerga hasta que el cuerpo social aguante y después que nos quieten lo bailado, pero cuidado, no nos engañemos porque hemos de ser consecuentes con nuestros actos; y tengamos en cuenta que una vez más acabamos de entregar nuestro destino a aquellos que acabamos de elegir (alcaldes, senadores y diputados autonómicos, nacionales y europeos), en ese último envite electoral que tuvo lugar ayer domingo. Con esos representantes recién elegidos nos estamos jugando el futuro de nuestros pueblos, de nuestra nación y quizás también el de Europa. Algo muy serio está sucediendo y sería más que necesario que ellos fuesen capaces de pensar en el bien de todos y actuar en consecuencia. No se puede estar todo el tiempo de juerga, la feria ya se acabó, hay que superar de una vez por todas este lunes de resaca y ponerse a trabajar.