Lucía y
el sexo

Película española. Y el sexo y el sexo. ¡Qué obsesión! Nos abrumaban, no ya hacerlo (pecadísimo) sino pensarlo, descubrirlo. El grandísimo tabú del sexo que sin embargo por ahí andaba, generalmente bien escondido y callado pero intentado, realizado, consumado en cuanto había ocasión; por lo mismo tan deseado por lo inalcanzable y misterioso. Variado y variantes a cual más pecaminosa y perseguida. Pero contumaz, insistente, real como la vida misma pues que vida es. Hablar del sexo, instruir en el sexo, educar sobre el sexo cosa nefanda, prohibidísima. Siguen en ello. Y también quienes creen que no hay más que sexo, que es prioritario tratarlo, enseñarlo, practicarlo venga a cuento el modo, cuándo, dónde y por qué o no venga a cuento (y esa confusión de identidad género-sexo y supuesta autodeterminación). Sin tener en cuenta desarrollo físico y cognitivo y su madurez; la evolución de la personalidad no cuenta si no es el aquí y ahora a despecho de sus vaivenes, fases más definidas o más obtusas. Lo importante es el sexo multidireccional y ahí se plantan. Otro fanatismo.