Luces de otoño
Las reiteradas quejas que se vierten sobre la inacción de las distintas administraciones políticas y económicas que han gestionado esta provincia, en lo relativo a sus intereses, su patrimonio, su proyección de futuro y su potencial riqueza tan solapada e ignorada, están más que fundamentadas a lo largo del tiempo y obedecen a un conocimiento empírico de todo lo acaecido en su transcurso. No es artificioso el lamento, y se sustenta sobre todo lo que se desprende y se muestra desde la mirada recatada y sabia de estos pueblos y sus gentes. No obstante sería del todo injusto, no reconocer algunos avances, cuando menos necesarios, de obligado cumplimiento, insuficientes siempre, y que obedecen a la natural evolución de una sociedad dinámica, o incluso a la labor y entrega sincera de algunos responsables comprometidos, que haberlos los hay, aunque se encuentren cautivos o confundidos en esa maraña política, que enreda y desenreda según conveniencias muy dispares. También el cainismo estéril y gratuito es un lastre. A pesar de todo, una verdad tangible que nos sostiene y anima es la aportación anónima y desinteresada de tantos ciudadanos de Jaén y provincia, que a nivel individual o a través de asociaciones, nos muestran con su arte y quehacer la belleza de esta tierra.