Los Reyes a veces se equivocan

Se acabó la Navidad y los Reyes han dejado regalos a algunos de mis alumnos que me sorprende. Por ejemplo, una moto de gasolina para un niño de nueve años, cuyos padres justifican el que su hijo no lleve ni lápices ni gomas por la escasez de recursos económicos, es llamativo al menos. Claro, que si los Reyes son mágicos, ellos sabrán por qué prefieren dejar motos en lugar de material escolar. Lo grave sería si los Reyes fueran los padres, como se rumorea. En ese caso me haría pensar que para algunos, la Escuela no es algo prioritario. Pero no creo... o sí. Lo cierto es que hay “gente pa to”, como dijo El Gallo cuando le presentaron a Ortega y Gasset. Padres y madres muy implicados en la educación de sus hijos, y padres y madres que llega junio y no saben ni qué curso ha hecho su niño. Es una realidad que se educa, se forma y se crea la personalidad de cada uno, día a día en la familia con la que a cada uno le ha tocado crecer, mientras que en los centros educativos, poco podemos hacer por mucho que se empeñen desde ciertos sectores. Yo seré responsable de la preparación académica de mis alumnos. De lo demás, me lavo las manos, como hizo aquel.