Los jeroglíficos de las postrimerías

    24 feb 2024 / 10:07 H.
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    Todavía recuerdo la primera vez que vi, aun siendo un niño en un libro de historia del arte, los oscuros lienzos de Valdés Leal, “Los Jeroglíficos de las postrimerías”, dos cuadros que me impactaron por su contenido y simbolismo. En ellos podemos ver dos sórdidas escenas donde la decadencia y la muerte emergen implacables para recordarnos la banalidad de la vida terrenal, la fugacidad de nuestro paso por este mundo y la universalidad de la muerte. En el primero un esqueleto con una guadaña aplasta los despojos desordenados de todo lo material que tiene valor en este mundo: una corona, libros de ciencia, ricos vestidos, etc... que irremediablemente va a quedarse aquí después de la muerte y en el segundo vemos el cadáver de un obispo que va a ser devorado por un ejército de bichos, detrás hay otro muerto, un caballero que representa a las ordenes militares y al fondo, una mano que aparece entre las nubes sosteniendo una balanza, en cuyos platillos están colocadas las obras buenas y malas que son pesadas en el juicio, con los letreros: Ni más, ni menos. En definitiva, es una obra donde el autor nos invita a reflexionar sobre la eterna lucha entre la fugaz vida y la implacable muerte, que no respeta ni ricos ni a pobres. Pero que quizás para la mente poco desarrollada de un niño resulta perturbador.

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