Los fuegos intencionados

    23 ago 2025 / 09:19 H.
    Ver comentarios

    Lo que ahora nos está pasando, más lo que te rondaré morena, en los últimos años se está acentuando de atroz manera. España, y no es una metáfora gongorina o petrarquiana al uso, está ardiendo por los cuatro costados, incluido el ombligo, pues forma parte de la anatomía descriptiva. Esto, añadido al cambio climático, nos hace ver un panorama siniestro y más negro que la panza de una olla. Mil y una causas políticas, nefastas y descoordinadas, porque cada autonomía va a su bola, hacen posible que donde antes había pinos frondosos, ahora es un solar cubierto de inertes e improductivas cenizas. Hoy hay demasiados Nerones, o sea, el emperador romano que hizo de Roma una inmensa brasa. Por las fuerzas de seguridad del Estado, son detenidos, pero luego las sentencias judiciales son benignas e intrascendentes. Así, que pegarle fuego al monte le salga más barato que comprarse un globo de feria. Donde ayer en el monte había vida, animada por la armonía y gorjeo de las primorosas aves, hoy los cuatros jinetes del Apocalipsis, cabalgan a todo trote por las laderas y colinas de la desolación, una hecatombe que durará un desesperante tiempo. No le prendas fuego al monte, pues forma parte de tu vida, a la que se supone que la quieres más que a la niña de tus ojos.

    Articulistas