Los expulsados

Malditos sean los dichos excomulgos, amén; huérfanos se vean sus hijos y sus mujeres viudas, amén; el sol se les oscurezca de día y la luna de noche, amén; mendigando anden de puerta y puerta y no encuentren quien bien les haga ni socorra, amén; las plagas que envió Dios sobre el reino de Egipto y sobre su pueblo vengan sobre ellos; amén; la maldición de Sodoma... y dichas estas maldiciones, tomen un recipiente de agua y candelas incendiadas y lanzándolas en el agua dígase: así como estas candelas mueren en esta agua, mueran los dichos excomulgos...” Así las gastaba el cardenal Aldobrandini en su bula papal firmada en 1726 en contra de los ya excomulgados jesuitas. Me ha venido a la memoria en relación a los pensamientos que, en este momento, pasan por las cabezas de muchos socialistas honrados, que los hay, pues la tropa de expulsados del partido socialista no va a parar de crecer hasta que solo queden los dichos honrados y los golfos que no hayan sido descubiertos. La labor es ardua y difícil pero no hay opción posible si se quiere evitar el desastre en el PSOE. Ventanas abiertas y que corra el aire. Transparencia de la verdadera, seriedad y cambios sin protección. Ese es el programa que deben llevar cabo las militancias sin miedo alguno a los líderes en cada caso. Eso sí, lo que no puede ser es que la limpieza la haga el mismo que trajo la suciedad. Pedro Sánchez no está legitimado. Debe irse ya.