Los diez manifiestos

Creo que hemos firmado muchos. Quizás demasiados. Unos por pura convicción, los menos, otros por mera solidaridad y aquellos de compromiso personal con el demandante. Hace bastantes años que me lo repienso antes de retratarme, porque a base de trivializar las cosas erosionamos la importancia y los fines últimos de tal manifestación pública. El último de marras, de los 74 figuras encabezados por Alfonso Guerra, es de traca: Manifiesto en defensa de la presunción de inocencia del Emérito y su legado. En un Estado de Derecho esto es una obviedad, ¿a qué viene este numerito? Deberían recordar que la ley 19/2013 de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno, está para algo y afecta asimismo a la Casa de Su Majestad el Rey. Pero ya se sabe que quién hace la ley hace la trampa: nada se dice sobre la Declaración Pública de Actividades, Bienes y Patrimonio de la Familia Real. Por ahí, quizás, se podía empezar a abrir el melón, sin estridencias ni malos rollos. Pero qué va, el nuevo Moisés y sus 73 acompañantes han optado por el manifiesto. Ya puestos, los animaría a continuar por
ese camino con Puyol,
Rato... hasta 10, como los mandamientos.