Los cencerros

    19 ago 2022 / 19:07 H.
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    Tuve ocasión, en mi niñez, de aprender a distinguir el sonido de los cencerros. De la mano de mi abuelo Isidoro, caminé muchas veces por las cercanías de la Cañada del Toril, escuchando los sonidos del monte y él me enseñó a diferenciar sus sonidos para saber dónde estaban las cabras, las ovejas, las vacas o donde no había nadie. Tarea nada fácil para el neófito, pues los factores que intervienen son muchos, y no solo el tamaño y la forma del cencerro. No se debe confundir el sonido con el eco, situando la manada en el lugar incorrecto y poniéndonos en peligro. Tendremos en cuenta la dirección del viento a la hora de escuchar el sonido de los cencerros de los cabestros (bueyes) que guían a una manada de toros, sopena de que se nos echen encima mucho antes de lo esperado. Hay que determinar el lugar aproximado en el que se encuentra el cencerro más grave, y compararlo con la situación aproximada del cencerro más agudo. De esta manera, podremos saber, sin necesidad de ninguna tecnología punta, la dirección, y si va o si viene, qué lleva en cada momento la manada de toros, dándonos tiempo para tomar las oportunas precauciones, en el caso de que el cencerro de sonido agudo, fuera el más cercano y el más grave y retumbón, fuera el más lejano. Con todo esto conseguiremos saber por dónde, y hacia dónde, camina el grueso de la manada y salvar la vida.

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