Los avaros peseteros

Un Estado que sólo sea un recaudador de impuestos, a ser una inutilidad está abocado, pues no reparte a todos por igual, ya que reparte más a quien del Gobierno es su red clientelar. A otra cosa, mariposa. Esta mirilla está centrada en el monumento que le han hecho al dinero, los que navegan en el mar de la codicia, sin tener en cuenta que la mayor parte del mundo se ahoga como velero perdido en el Mar de los Sargazos. La riqueza es la que nada y la pobreza que se vaya a la puñeta, pues es certero que los pobres son los parias y son un estorbo, porque como nunca tiene dividendos nunca se levanta de esta extendida avaricia de amasar el dinero conquistado a base de trampas y malicias. Mal vamos si solo adoramos al caballero don dinero, figura elocuente de Quevedo que cantara Rafael Alberti, que en tierra fue marinero. Por dinero se mata o se le pega en el rostro con la culata. Este mundo sería feliz sin pasta gansa, léase dinero, y se acabaría este mundo de pobres y ricos, pero esto no puede ser, porque lo impide la mundial banca. No deja de ser una ironía que los mendigos duerman en el espacio del cajero automático y no tenga ni unos centimillos para comprarse un bocata de caballa. Maldito sea el dinero y quien lo acapara, o sea, la gente que de inmundicia tiene llena su alma, aunque esta hasta se puede vender al mejor postor en el mercado de los avaros peseteros.