Lógica del disparate

Permítanme evitar el tema de la Semana Santa ubetense, tan cantada por otros, para internarme en un jardín sin flores. Ya inmediatas las elecciones de primavera a la luz de lo acontecido previamente (y salvando la local ubedí) no tengo por más que barruntarme la escalada y el acceso al poder de nuevo de la derecha allá donde lo tenía perdido. Y no será ello por sus méritos sino por los deméritos de una izquierda, en especial la “pura y casta doctrinalmente” (¿no queremos “mestizaje”?), que ni aprende de errores ya experimentados, como en Andalucía, ni ha hecho más que darle carnaza a la derechona bien animada por sus eficaces medios de desinformación, manipulación artera y presión constante sobre la opinión pública. Así todo lo que se hizo bien se disuelve en un teatro de vanidades personales y sus enroques en supuestos liderazgos incontestables, sapienciales e intocables. En realidad puro ego. ¿Pensarán que ganando la derecha mantendrá sus ministerios e inventos varios? Se retrocederá hasta en lo conseguido a pesar de sus maravillosas leyes, tan progres.