Lo peor
de lo malo

    28 ene 2023 / 16:00 H.
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    En la literatura española hay infinidad de obras cuyo argumento es el engaño y la picardía. Siempre retratada en la figura de un impedido, una alcahueta, o de cualquier otro personaje curtido en la habilidad de buscarse la vida mostrando lo más ruin de una sociedad miserable, la picaresca española es para todos los gustos, maneras y colores, se dice que ricos y pobres la llevamos en la sangre y solo falta que la enseñen en la escuela. Ejemplos para dar clase no faltan, podríamos empezar con la denuncia que el Fondo Monetario Internacional ha interpuesto contra las gasolineras españolas por inflar los precios aprovechando la bonificación de 20 céntimos. Siguiendo a continuación con el escandaloso sueldo que cobran algunos banqueros españoles por dirigir unas entidades que día a día cierra sucursales, despiden trabajadores y exigen a sus clientes más de lo que ofrecen. No tiene desperdicio tampoco la desvergüenza de aquellos listillos que durante la pandemia se forraron vendiendo mascarillas inservibles más caras que nuevas. Y así, mil y una historias que definen que en el mundo por suerte hay más gente buena, que mala. Pero estos últimos dan mucha guerra.

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