Listas, estrellas y condenas
Jaén suele aparecer, por lo general, en los medios de comunicación nacionales por motivos poco edificantes. Ni siquiera en esa materia estamos en el lugar que merecemos. Hace apenas horas, en el gran debate “a cuatro” decisivo para las próximas elecciones según la publicidad, de pronto, sin previo aviso ni anestesia, uno de los candidatos mencionó nuestra ciudad. Albricias, me dije, mientras prestaba toda la atención posible a semejante novedad. Pero poco duró mi alegre asombro. Una vez más nuestro nombre se vio manchado por el poco tacto, la poca seriedad, el nulo respeto y el absurdo “mantenello y no enmendallo” de uno de esos partidos emergentes que parecen haber descubierto pólvoras nuevas y horizontes vírgenes en el panorama político pero que, a la primera de cambio, nos obsequian con comportamientos que deberían avergonzar a quien pretende enarbolar banderas de limpieza y renovación. Bódalo, “el estelado” —por la estrella que suele portar en su gorra— concejal del Ayuntamiento giennense, elegido por Jaén en Común marca blanca de Podemos, condenado a tres años y medio de prisión por un delito de atentado y una falta de lesiones por la agresión a un edil de Jódar, ha sido colocado como cabeza de lista para las elecciones del día 20. Una persona no ya imputada o sospechosa de delito, sino condenada judicialmente, no ha sido apartada de las listas por su partido, unas siglas que se autoproclaman azote de castas y corruptelas. Así se le echó en cara a Iglesias en dicho debate. La explicación es peregrina: Bódalo, dicen, siempre lucha por los trabajadores. Es algo así como un superhéroe con una capa que le exonera de responsabilidades y con el que, por tanto, no van las consideraciones que sí se aplican a los demás. Mal ejemplo y excesiva jactancia. No se ha de pedir lo que uno no está dispuesto a dar o hacer. ¿Con qué fuerza moral se enfrenta Podemos al resto de partidos? Algunos, de nuevo, se empeñan en poner a Jaén al frente de episodios que quizá nos impiden levantar la cabeza con orgullo y nos llevan a sonrojarnos cuando nos mencionan en la “tele”. ¿Qué imagen damos al resto del país? Pero, ¿qué hemos hecho para merecer esto?