Limpieza de contenedores

De nuevo toca hablar de limpieza, o mejor dicho, de falta de la misma. Y es que nuestra ciudad luce un aspecto poco saludable, en esta ocasión, por culpa de contenedores que no invitan al reciclaje ya que acumulan un dedo de mugre y no es agradable acercarse a ellos. Obviamente, más importante que limpiar es no ensuciar. Se trata, como en otras muchas situaciones de nuestra vida, de no hacer en la vía pública lo que no haríamos en el salón de nuestra casa. Así, si en casa no escupimos al suelo, ni tiramos las cáscaras de las pipas, ni las mascarillas, ni las colillas o cenizas del cigarro, ni los pañuelos de papel, ni los tickets del autobús, tampoco debemos hacerlo en la calle. Eso es de primera clase de civismo y de educación. Pero, de igual modo
que los ciudadanos debemos cuidar el espacio público, en las mismas condiciones que lo hacemos de nuestro espacio privado, la administración competente y el servicio de limpieza contratado deberían acometer sus gestiones de higienización con la mayor de las diligencias debidas, siendo vergonzoso comprobar contenedores de basura y de reciclaje con una gruesa capa mugrienta, negruzca y pringosa, como resultado de no haber sido limpiados desde largo tiempo atrás. La primera sensación
que causa semejante demostración de suciedad es, sencillamente, de asco. A continuación, nos viene la indignación por quienes no cuidan nuestra ciudad. Pero cuando la guarrería viene, no
por culpa del ciudadano descuidado, sino por la dejadez de quien está obligado a limpiar, el mosqueo sube un grado, por cuanto que resulta obvio que se
está pagando por algo que no se está
haciendo. Recuerdo
que hace un tiempo
los medios de comunicación informaron que
el Ayuntamiento de
Jaén contrataba el servicio de limpieza de estos contenedores. Si, efectivamente, es así, algo está fallando. Urge poner en práctica la inmediata limpieza de este mobiliario urbano porque se aproximan unas fechas en las que las altas temperaturas no casan nada bien con la roña.