Libros libres

    25 may 2024 / 09:30 H.
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    Llegadas estas fechas la literatura se apodera de la calle y por breve tiempo salen los libros de su particular prisión de estantes y almacenes al primaveral encuentro con los lectores en las distintas ferias. Recuerdo el entrañable bibliobús que nos traía a los niños de pueblo la ilusión de hacernos con el ejemplar deseado cada dos semanas y al hombre que me hizo descubrir mis miedos a través de Stoker o Poe, que me enseñó la pasión por la aventura a través de Julio Verne y Mark Twain, que me inculcó la devoción por la poesía con las rimas de Bécquer o los versos de Machado y me trajo del ronzal de Juan Ramón a mi querido Platero. Allí despertó también mi curiosidad por conocer ciudades del mundo a través de los atlas que aún me transportan a las lejanías del pasado. No podía tener mejor nombre que Feliciano quien tanta felicidad nos trajo en aquel vehículo cargado de sabiduría. Luego vendría la biblioteca del colegio y el legado de nuestros queridos maestros que nos animaron a abrir las tapas de algún volumen clásico y sacar del sueño de su largo reposo de estanterías y notas perdidas las flores e historias prensadas en las páginas de tantos libros prisioneros que liberados por una mano son capaces de transmitir tantas sensaciones y alegría.

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