Libros envenenados

    24 jun 2023 / 09:27 H.
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    Hace unos pocos años se encontraron tres libros antiguos en la biblioteca pública de la Universidad de Southern Denmark, datados entre los siglos XVI y XVIII, en los cuales se hallaron, aparte de la tinta propia de sus letras, restos de arsénico, un potente veneno que en la dosis adecuada puede causar la muerte. En resumen, una sustancia química algo menos corriente en el oficio de escribir, aunque nunca se sabe. Es inevitable no acordarse de la que para mí es la mejor novela negra de la historia “El nombre de la rosa”, donde Umberto Eco, su creador, traza de manera magistral una trama policíaca y de misterio que pese al paso de los años no pierde interés ni virtud. Su protagonista, un monje franciscano debe luchar contra la cerrazón draconiana de una iglesia severa y castigadora, donde el conocimiento plasmado en algunos libros hacía peligrar los cimientos de la fe religiosa, por eso, estos libros eran protegidos con veneno por sus custodios contra las mentes poco entrenadas en las habilidades del maligno. Han pasado los años y hoy en día los libros ya no suponen ningún peligro para nadie o más bien, para casi nadie, ya que a ciertos gobernantes no les interesa que la gente lea; como dijo Ray Bradbury “No tienes que quemar libros para destruir una cultura. Sólo haz que la gente deje de leerlos”.

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