Libre albedrío

Puedo asegurar que alguna vez has escuchado o utilizado estas dos palabras: libre albedrío, seguro que sí. La opción de llevar a cabo nuestra voluntad creyendo que no nos afectan los factores externos forma parte de esa libertad, aunque he de decir que su significado tiene historia. En la Capilla Sixtina, en uno de sus frescos está expresada esta libertad, cuando los dedos de Dios fueron pintados extendidos, con gesto de seguridad, y la última falange del dedo de Adán aparece contraído, representando que la opción de conectar con Dios es del hombre, pues Él siempre está ahí. Ya decía Miguel Ángel que “No hay daño tan grande como el del tiempo perdido”. Un artículo publicado en 2011 en Proceedings of the Royal Society, manifiesta que la investigación efectuada en el cerebro de las pequeñas moscas de la fruta arroja a la ciencia que obran con parcial libre albedrío. Por lo que la capacidad de elegir no está limitado al género humano. La ciencia, la filosofía y la religión, tienen su propias opiniones, definiciones y debates que, con el casi paritario mensaje, solamente tienen un punto en común, y es el que el tiempo pasa, elijamos nuestros actos o nos dejemos llevar por ese margen del libre albedrío.