Libertad o libertinaje

Esa es la cuestión. Viejuna y no resuelta. Libertad de expresión según, pues la de un descerebrado y sin educación al que se mira como faro revolucionario se debe tutelar y la de una analfabeta histórica que ensaya posturitas ante su público ha de condenarse sin remisión. ¿Vale pues una expresión más que otra según la supuesta ideología que la conforma? Libertad de expresión o de todos o de ninguno y si no pues se marquen perfectamente los límites de la misma (y para muchos son los de educación, decencia y respeto hacia los demás). Como el libre albedrío hoy cambiado por el derecho a decidir (o autodeterminación), vale para todo y a todo se aplica, que según vaya el viento o el día así lo utilizo. Pues tengo ese derecho por mí mismo lo uso según mi capricho sin atender a otros criterios (oportunidad, madurez personal, capacidad intelectual o física, efectos...); nada de eso puede valer sino mi voluntad y solo ante ella daría, si me lo plantease (que no), razón. Están jugando con estos temas, profundos y que siempre tienen consecuencias, unos aprendices (o aprendizas) de brujo.