Solo sí es no

    12 feb 2023 / 16:00 H.
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    La conocida como Ley del “solo sí es sí” está siendo un sitio que sirve para evaluar las direcciones de las políticas y de qué pasa exactamente con la política. De lo primero a nadie se le escapa que la ley era necesaria. Para ello era necesario dos cosas, primero, una sensibilidad social, policial y judicial que en algunos casos no se ha tenido, lo que ha valido para rebajar penas a sentenciados sujetos de actos de violencia sexual en el pasado, y segundo, que la bronca política no se cebara con el eslabón más débil de este gobierno de coalición. Claro que aquí hay que recordar, también, que esta ley ha sido en cierta medida tramitada, digamos, como una chapuza. Las voces que avisaron de que podía ocurrir las rebajas de las penas fueron tratadas de machistas, nueva forma de solventar muchos problemas por parte de la izquierda liberal, donde con llamar a alguien machista o fascista basta para acallar sus ideas. Y, segundo, que las leyes tienen que tener dos condiciones: dar respuestas a problemas reales, y generar espacios de mayor convivencia social. Sin una clara voluntad de generar una pedagogía social para todos (repito, para todos), pues las leyes sólo son intenciones que en el día a día y en lo concreto hay que materializar. Y esto es lo primero que tendrían que aprender las y los diputados que quieren legislar.

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