Legislar sin consensuar

Se está liando buena, no con la derogación de la “ley mordaza”, sino con la nueva ley de seguridad ciudadana que pronto será aprobada. Nace con polémica y con la oposición de la mayoría de los sindicatos policiales, mientras que los partidos de izquierda la celebran. Sembrar la duda sobre los atestados policiales, o permitir que los “polis” sean grabados en su quehacer diario, han sido algunos de los puntos que más han molestado. El hecho de que no puedan utilizar pelotas de goma, por ejemplo como arma disuasoria, puede sonar muy bien para usted, lector, o para mí, que no solemos liarla ni enfrentarnos a los cuerpos de seguridad, porque somos de esa generación que veían a un “madero” y se ponían más firmes que una vela. Pero claro, no todos somos iguales, y seguro que más de uno estará almacenando una buena cantidad de ladrillos y patuscos sabiendo que en la próxima manifestación la respuesta de la Policía será bien distinta. Como en otras muchas cuestiones, los políticos que soportamos, han elaborado esta ley de espaldas a una de las partes fundamentales, buscando el voto de unos cuantos sin importarles la opinión de otros muchos.