Leer en la oscuridad

El arte de la expresión verbal desde donde se alcanza la belleza y el conocimiento a través del uso estético del lenguaje, prácticamente no ha variado en su concepción e importancia para el devenir de la humanidad, ni ha perdido a día de hoy su papel de testigo principal de cualquier idioma, tradición o ciencia. Sin embargo en estos tiempos de tanto postureo artificial, desvergüenza e incertidumbre social y económica, la literatura ha ido ocupando un lugar más centrado en el adoctrinamiento y la desinformación del minuto a minuto que a su antojo e interés relatan las redes sociales y el periodismo digital, que en el página a página de los libros que son el auténtico hogar físico de la palabra escrita. Todos descubrimos nuestra andadura como lectores a través de la función lúdica y de entretenimiento que los cuentos, los cómics y los libros de aventuras nos regalan en cada momento de la vida que la edad requiere. Luego, al leer o estudiar libros adquirimos también el conocimiento que obligadamente necesitamos como expresión real de nuestras capacidades sociales, académicas o laborales, frente a los devenires de todo lo que nos rodea y marca nuestro destino.