Lecciones de vida

Llevo muchos años siendo una admiradora incondicional de Julia Otero. La sigo en su programa de radio, donde da muestra de la calidad y el buen hacer periodístico, que tanto cuesta encontrar en esta época de fake news, insultos y griterío mediático. Pero hoy vengo a hablar de ella por otro motivo. En un programa de televisión, en el que ha participó recientemente, nos dio a todos una lección de vida cuando contó su experiencia con el cáncer. Hacen falta testimonios así, optimistas sin caer en lo ilusorio, que describen una dura realidad por la que están pasando miles de personas en nuestro país. Como a muchos españoles, a mí me ha tocado vivirla de cerca, he perdido seres muy queridos por causa de esta enfermedad y otros aún andan en la lucha, resistiendo los envites de la quimio y sus efectos secundarios. He sentido en primera persona el miedo a un diagnóstico y la angustia al pensar que mis hijos se podrían quedar sin madre cuando aún eran muy pequeños. Por suerte, gracias a la sanidad pública que en estos casos suele actuar con rapidez, todo se quedó en una pequeña operación. Entre todos tenemos que normalizar esta enfermedad, no considerarla una sentencia de muerte, y creo que las palabras de Julia pueden ayudar a muchas personas.